Como en otros órdenes de la vida social el tratamiento del tema del empleo requiere mirar más allá de la coyuntura y considerar diversas variables intervinientes. Es muy probable que un registro“fotográfico” sea insuficiente para tener una adecuada caracterización.
¿En qué datos basarnos? En esta materia, además, es importante nutrirse de la información adecuada que debe abarcar un escenario más amplio que el de la observación inmediata a nuestro alrededor. La Encuesta Permanente de Hogares ha sido por un largo tiempo la fuente esencial en la materia y por ello ha sido tan duro –no sólo para losanalistas sociales- observar los efectos devastadores de la acción llevada acabo en el organismo central de las estadísticas públicas argentinas: el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Debido a esta situación hubo organismos como el Ministerio de Trabajo que dejaron de utilizar la EPH durante el gobierno anterior concentrando sus energías en la utilización de la información proveniente de los registros de aportes al sistema jubilatorio. Los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) ofrecen desde enero de 2009 una serie para el personal asalariado del sector privado y desde enero de 2012 de todos los trabajadores (asalariados o no, privados o públicos).
Un tercer elemento que alude ya no a la cuantía de la fuerza laboral sino a su capacidad de captar parte de la riqueza generada anualmente corresponde a la estimación de la distribución del ingreso entre trabajo y capital (no sólo eso, pero principalmente eso).