jueves, 24 de agosto de 2017

Los desafíos del empleo en la era Macri - Nota de E Iglesias en Revista Apertura


 
Los desafíos del empleo en la era Macri
Economía

Los desafíos del empleo en la era Macri

En un año, se incorporaron 176.200 nuevos trabajadores registrados, según el Gobierno. Pero los especialistas advierten que ese crecimiento se explica, principalmente, por subas de monotributistas y empleo público. Qué está pasando en cada sector. Los desafíos pendientes.
Por Eugenia Iglesias

22 de Agosto 2017
El empleo registrado subió 1,5 por ciento en mayo último respecto de igual mes de 2016, según datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Eso significa que, en un año, el número de trabajadores formales creció en 176.200 puestos. Se trató del 13° mes consecutivo de crecimiento total de empleados registrados, en términos desestacionalizados, destaca el informe oficial. El empleo privado subió 1,2 por ciento en la comparación interanual y los monotributistas aportaron 68.000 trabajadores al sistema. ¿Qué lectura se desprende de esos indicadores? ¿En qué punto está la situación laboral de la era Macri?
“El empleo que está creciendo es el de productividad medio / baja y el público”, analiza Juan Luis Bour, economista Jefe de FIEL. “Tenemos una economía donde los costos laborales son altos en la comparación internacional. Es probable que estemos en un proceso de recuperación de la actividad económica, pero que genera poco empleo. Por otro lado, al recuperarse un poco la economía, surgió la posibilidad de comprar bienes de capital y las empresas prefieren invertir en máquinas que son más baratas”, amplía.
Para Jorge Colina, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), el empleo asalariado registrado está estancado, y coincide en que el repunte de los monotributistas se debe a los altos costos laborales: “Es caro contratar un trabajador en blanco, entonces los nuevos empleos son a través del monotributo. Es natural que suceda. Cuando la economía no crece mucho y no se revisan las cargas sociales, el empleo crece por el cuentapropismo”.
“La mayor preocupación –social y económica– es que no crece el sector asalariado. Puede, incluso, empezar a perder su participación relativa, que hace medio siglo viene siendo de tres cuartas partes del total”, es la lectura de Javier Lindenboim, investigador del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires. El especialista destaca que la actual situación de generación de empleo no alcanza a satisfacer el ritmo de aumento de la población del asalariado privado.

Sector por sector
En mayo último, se contabilizaron 6,2 millones de trabajadores asalariados registrados en el ámbito privado. Los sectores que mostraron crecimiento en el nivel de empleo con respecto a 2016 fueron la construcción (7,7 por ciento), el comercio (1 por ciento, a pesar de la caída del consumo), y los servicios sociales y de salud (2,9 por ciento). Del otro lado, la industria siguió exhibiendo números rojos: registró una baja del 2,8 por ciento interanual en los puestos de trabajo.
“La salud y la educación privada siempre están subiendo, incluso cuando la economía está estancada o cayendo. Eso es porque son sectores muy intensivos en mano de obra”, explica Colina, quien agrega que estos son los rubros que traccionan hacia arriba, por tener más del 70 por ciento de sus costos anclados en recursos laborales.
La construcción, que ahora muestra un repunte, pasó por una caída del 10 por ciento del empleo, entre noviembre de 2015 y junio de 2016, según la consultora Ecolatina. En mayo de 2017, el sector creció un 9,8 por ciento interanual, creándose 10.000 nuevos puestos, indican los números del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric). El crecimiento de la obra pública, analiza Lindenboim, no solo explica esa suba sino que los datos también reflejan una recuperación de la obra privada.
 “La industria manufacturera, por su elevado peso dentro del empleo formal (cerca del 20 por ciento del total) y su fuerte caída en el período (-4,4 por ciento desde el cambio de gobierno), explicó la totalidad de la contracción del empleo asalariado privado. Como resultado, el empleo manufacturero hoy se encuentra en niveles similares a los de fines de 2013, casi 2 por ciento por debajo del peor momento de la crisis de 2009”, observa Ecolatina. “La industria no se puede recuperar porque los costos laborales son altos, hay falta de competitividad estructural y el gran cliente que siempre ayudaba –Brasil– está estancado”, agrega Colina.

Formalización de empleos
Durante la actual gestión, indica la investigación de Ecolatina, el número de monotributistas y asalariados del sector público creció en 160.000 trabajadores. En contraposición, los empleados registrados del sector privado mostraron una caída de 53.000 puestos.
El crecimiento de los trabajadores cuentapropistas, que alcanzaron tasas de crecimiento de entre 4 y 10 por ciento desde que asumió Macri, responde, en parte, a una formalización de empleos que ya existían pero que se mantenían fuera del mercado registrado. “Este crecimiento en realidad no corresponde totalmente a una creación de nuevos puestos”, indica Ecolatina.
En cuanto al empleo público, aproximadamente 45.000 trabajadores se sumaron a la planta estatal, variación que se concentró en el nivel provincial y municipal, según la consultora.
Mal año. “La tasa de desempleo está alta, pero no me extraña después de un 2,5 por ciento de caída del PBI el año pasado. Por los cambios de precio que hubo, debería esperarse un año malo en materia de empleo”, explica Bour, en referencia a la tasa de desocupación del 9,2 por ciento que se registró en el primer trimestre. En el cuarto trimestre de 2016, el desempleo había ascendido al 7,6 por ciento, según los datos del Indec. “Típicamente uno debería esperar que disminuya en el segundo trimestre, por una cuestión de estacionalidades, pero mi impresión es que vamos a tener un trimestre malo otra vez”, vaticina el experto de FIEL    

La reforma más urgente
Para los especialistas, las reformas laboral y tributarias son tan urgentes como necesarias para impulsar la creación de empleo. “Hay que hacer una reforma impositiva en donde se reemplacen las cargas sociales, bajen los impuestos al trabajo y pasar a cobrar más de IVA y Ganancias”, resume Colina. Para el representante de Idesa, es un paso esencial para poder generar más empleo formal entre la población de bajos recursos.
“Como tenemos un crecimiento modesto de la economía, hay que hacer que rinda a los efectos del empleo. Debería favorecer ciertas formas de contratación y revisar la legislación laboral en aquellos formatos que sean más favorables para que, cuando haya una recuperación, existan empresas que se decidan a contratar gente”, pide, por su parte, Bour, para quien no basta con bajar los impuestos –cosa que, vaticina, llegará eventualmente-, sino que  se requiere una señal para que los empresarios se decidan a invertir en capital humano.




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