martes, 31 de enero de 2012

Reproducción en Chequeado.com de la nota aparecida en Página 12

El ExplicadorIndustrialización: mitos y datos

 ( 2 Votos )
Martes 31 de Enero de 2012


Javier Lindenboim publicó en Página 12 una nota explicando el desarrollo de la industria en el país que reproducimos aquí. ¿Fue durante el gobierno de Perón cuando más empleo industrial se creó?, ¿ha crecido éste en los últimos años?


Ríos de tinta han corrido alrededor de las virtudes, alcances y limitaciones del crecimiento económico. En ocasiones se ha considerado que el mero hecho de que el sector industrial tuviera una alta participación en el producto o en el empleo era suficiente demostración del camino industrializador, promisorio, que se estaba recorriendo. Pero no dejarse llevar por tal simplificación no anula la relevancia y la pertinencia de la adecuada cuantificación del proceso que estuviera en curso.

Argentina no ha estado al margen de ese tipo de vaivenes. Claro que lo que ha quedado en la memoria de la sociedad no siempre se corresponde con los datos proporcionados por la información estadística. Sólo a título de ejemplo, imaginemos una simple consulta pública que indagase sobre lo acontecido durante el primer gobierno peronista en materia de empleo industrial. El ejercicio arrojaría sin dudas un balance de gran significación que podría sintetizarse en una frase más o menos así: el país se industrializó en ese lapso en asociación con un fuerte proceso de sustitución de importaciones, lo que se habría expresado en un importante proceso migratorio a las ciudades, en particular al Gran Buenos Aires, debido al enorme crecimiento de la clase obrera industrial.

Sin embargo, los datos dicen que el ritmo de aumento de empleo asalariado en el sector fue mucho mayor entre mediados de los años treinta y el término de la guerra (se duplicó) mientras que desde 1946 a 1954 sólo aumentó algo más del 10 por ciento. En cambio, creció enormemente el número de pequeñas empresas (casi) sin asalariados, lo que se expresó en que los patrones y familiares sin remuneración fueron los que dinamizaron el aumento del empleo del sector, no así los asalariados en ese período. Los datos y la memoria transitan terrenos diferentes.

Algo parecido, probablemente, nos pase en la actualidad. Rara vez el análisis que se realiza considera las distintas etapas socioeconómicas por las que atravesó la Argentina. Desde muchos lugares, especialmente oficiales, se alude al fuerte proceso reindustrializador reciente. Los datos de empleo de la treintena de ciudades en que se releva la Encuesta Permanente de Hogares muestran que entre fines de 2002 y comienzos de 2011 se crearon poco más de trescientos mil puestos. De ellos, la gran mayoría son asalariados protegidos aunque también hay más precarios. Los no asalariados casi no cambiaron.

Este dato genera dos reflexiones. De un lado, que el aumento entre el fondo de la crisis y la actualidad, aún expandiendo esos valores de la EPH al total de la población del país, difícilmente alcance el medio millón de puestos(mucho menos que la mitad de lo anunciado en un desafortunado comunicado oficial de comienzos de enero -N. de R.: ver: "Desde 2003 se crearon 1,3 millones de puestos en la industria"-). Al mismo tiempo, dentro del conjunto del empleo, el ritmo de aumento del sector industrial ha estado levemente por debajo del promedio.

Pero por otra parte, si miramos un poco más atrás, por ejemplo hasta comienzos de la última década del siglo pasado, la diferencia en veinte años es negativa en más de 300 mil puestos (75 por ciento protegidos, 15 precarios y el resto patrones y cuentapropistas). Por lo tanto, la dinámica reciente es muy difícil que pueda ser caracterizada como sostenida en el aumento del empleo industrial (dado que éste bajó del 14 al 13 por ciento su participación en el empleo total). Incluso el producto sectorial, a precios corrientes, también cayó un punto su participación, desde 2002. Por otro camino, también aquí la apreciación generalizadamente difundida y los datos que deberían ser su soporte, se distancian.

Todo ello -sumado al hecho de que la evolución del empleo en los años 2000 ha tenido una dinámica fuertemente positiva en los primeros años poscrisis, pero de preocupante estancamiento ulterior- nos genera la necesidad de discutir más profundamente las características de la evolución económica y laboral recientes y de sus perspectivas, controlando los sesgos ideológicos que suelen despegarnos de la realidad.

Seguramente lo importante estará menos en el número frío del dato sectorial y más en el contenido del proceso económico y social en general, es decir en el desarrollo socioeconómico y en el diseño de un horizonte para la sociedad argentina. Y ese contenido global deberá también sustentarse en información fehaciente, lo cual hoy en Argentina -cinco años después de la intervención al INDEC- no es una tarea fácil.

Javier Lindenboim es director del CEPED/UBA e investigador del Conicet.
Fuente: Página 12 - "Camino Industrial" - 29/01/12

Chequeado.com reproduce textos publicados en otros medios cuando contribuyen a la verificación del discurso público.

domingo, 29 de enero de 2012

Industria, crecimiento y desarrollo Columna en CASH 29-1-12

Página/12
OPINION EMPLEO Y CRECIMIENTO DEL SECTOR FABRIL

Camino industrial



VER LA NOTA COMPLETA

El lado oculto del mercado de trabajo - Columna en Tiempo Argentino

Dentro del informe especial que preparó María Larruri se incluyó parte del texto enviado al diario. Más abajo puede leerse el texto original completo

Llegó la hora de la sintonía fina en el mercado laboral argentino

Publicado el 29 de Enero de 2012
María Larrauri
Especial para Tiempo Argentino
economía@tiempoargentino.com.ar
0-0-0-0
El lado oculto del mercado de trabajo
Como en todo fenómeno social, en el funcionamiento del mercado de trabajo aparecen ciertas cosas en la superficie y otras quedan en un plano secundario. También, a veces, pueden existir descripciones de los procesos que no se compadecen cabalmente de la realidad que se pretende exponer.
Entre otros, habría dos aspectos que merecen atención. Uno es el cambio abrupto en la dinámica de creación de empleo. En los cuatro años que siguieron a la crisis de 2001, la ocupación aumentó algo más del 5% por año, ritmo inusitado si se lo compara con el magro desempeño de los noventa. Sin embargo, desde 2007 en adelante, el promedio se ubica en menos de la mitad. Es cierto que el efecto de la crisis internacional en 2009 se hizo notar negativamente pero la falta de dinamismo ya se había visto en el bienio previo, sólo que al haberse retirado las Bases Usuarias de la EPH de circulación no se lo podía verificar. En 2011 hay una leve recuperación pero ya sin el dinamismo inicial.
En la misma línea, la ausencia de información veraz impide saber con precisión cuál es la evolución de la capacidad de compra del salario. Con los cuestionados resultados del IPC oficial, el salario real se habría duplicado en la primera década del siglo. Con datos provinciales (no privados) la mejora del salario protegido respecto de diciembre de 2001 es de apenas el 10%.
En estrecha relación con lo anterior debe anotarse que en estos años de “bonanza” no se pudo introducir el tema de la mejora de la productividad media y sus efectos. Si bien Argentina tiene un magro desempeño en la materia en las comparaciones internacionales, en el decenio reciente registró un aumento significativo que, como se indicó, escasamente se trasladó al mejoramiento real del salario. La agudización de la situación que se observa actualmente pone en evidencia la oportunidad perdida. En ese sentido, al Consejo del Salario y el Empleo le faltó el cometido de la Productividad.

lunes, 23 de enero de 2012

Repercusión de una nota en LA NACION

CRECIó LA AYUDA SOCIAL, PERO PERSISTE UN 25 POR CIENTO DE POBREZA

23 de Enero, 2012

Creció la ayuda social, pero persiste un 25 por ciento de pobreza

Si bien los planes se multiplicaron respecto de 2001, la cantidad de pobres estructurales se mantiene. Para dos reconocidos centros de investigación, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica y SEL Consultores, la persistencia de un núcleo duro de pobreza se comprueba al medir las condiciones de hábitat, educación, situación laboral y alimentación, entre otras variables.
A una década del estallido social de 2001, el Estado multiplicó los programas sociales, que, sólo en el caso del plan Asignación Universal por Hijo y la entrega de jubilaciones a quienes no tenían aportes, alcanzan hoy a más de 5,5 millones de personas. Esto, sin contar un entramado de planes que se superponen sin información oficial precisa. Pero este aumento del presupuesto social y del crecimiento de la economía a "tasas chinas" no ha conseguido que deje de persistir un núcleo duro de pobreza, que está entre el 20 y el 25% de la población. Los expertos le ponen un nombre a este escenario: la Argentina "dual".
Para dos reconocidos centros de investigación, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica y SEL Consultores, la persistencia de un núcleo duro de pobreza se comprueba al medir las condiciones de hábitat, educación, situación laboral y alimentación, entre otras variables.
 
A fines de 2001, con el 38% del país sumido en la pobreza (ese porcentaje trepó al 57,5% en octubre de 2002 y a partir de allí empezó a caer), la Alianza intentó evitar el estallido social entregando 300.000 planes Trabajar. Lo que no pudo el gobierno de Fernando de la Rúa tampoco lo logró Eduardo Duhalde, quien, apenas un año después, distribuía más de dos millones de planes Jefes y Jefas de Hogar.
 
Una década después de las cacerolas y los muertos de 2001 la pobreza se mantiene en el orden del 20 al 25%, lo que representa unos 10 millones de argentinos.
 
Tras la recuperación económica que, de 2003 a 2011, llevó el PBI nacional de 127.000 millones de dólares a más de 440.000 millones, en vez de disminuir por el crecimiento a "tasas chinas" de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, los planes sociales se multiplicaron. Con una paradoja: según los estudios que emplean los índices oficiales no alterados por la intervención del Indec, el "núcleo duro" de la pobreza persiste. No por casualidad más de cinco millones de hogares hoy siguen sin tener una red cloacal o el servicio de gas en red.
 
Para el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y SEL Consultores, de Ernesto Kritz, la paradoja tiene un mismo nombre: la persistencia de una "dualidad estructural" o, a secas, de un "país dual", donde la desigualdad no cedió terreno y un cuarto de la población quedó atrapado en un "núcleo duro" de pobreza, "a pesar del crecimiento económico, la recuperación del empleo y del salario real de los trabajadores formales" y la multiplicación de planes sociales y ocupacionales.
 
"Se ha mantenido vigente un orden económico y social que ha impuesto barreras estructurales a la superación de la dualidad que atraviesa la sociedad argentina", sostuvo el director del ODSA, Agustín Salvia, en un balance del período 2004-2010 publicado por la UCA.
 
Para Kritz, esa situación involucra hoy entre 8 y 10 millones de personas. "El balance es dual, porque entre un 20 y 25% de la población ha emergido de la pobreza y se ha incorporado [o reincorporado] a la clase media baja desde el pico de la crisis; pero cerca de un cuarto de la población permanece en estado de privación no obstante los ocho años de elevado crecimiento."
 
Lo preocupante es que, en el balance de la década, ambos investigadores coinciden en que 2007 volvió a marcar una bisagra en los índices de creación de empleo y mejora social del país, que no se revirtieron con la recuperación económica de 2009. A similares conclusiones llegan otros investigadores más próximos al Gobierno, como Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo, de la UBA, que pone en duda la disminución de la pobreza que continuó reflejando el Indec -intervenido desde 2007- en los últimos años, a pesar del "exiguo" crecimiento del empleo.
 
Los números del Indec asombran por su optimismo: a pesar del freno económico de 2007, sumado a la inflación y la crisis internacional de 2008, la pobreza, según el organismo controlado por Guillermo Moreno, pasó de 23,4% (primer semestre de 2007) a 8,3% en 2011. La indigencia, a su vez, cayó del 8,2 al 2,4%.No opinan lo mismo las consultoras privadas y los centros de investigación social que muestran cifras superiores a las oficiales.
 
¿Qué pasó, en cambio, con el gasto social? Según un estudio de la Fundación Siena, el presupuesto 2012 eleva al 60% el gasto social (303.028 millones de pesos) y destina las mayores subas a las jubilaciones y planes sociales (39% más que en 2011).
 
Fuente: La Nación

Reportaje desde el diario Tiempo Argentino




Este reportaje dio pie a la nota publicada en el diario TIEMPO ARGENTINO el 29-1-12

Nota sobre la participación salarial BAE 22-1-12

REFENCIA EN BAE

sábado, 14 de enero de 2012

¿Necesita la industria imaginar sus cifras?

Sea que la etapa abierta luego de la crisis de 2001se la denomine “modelo productivista con inclusión”, o “neodesarrollista” o, más modestamente, “superación de la crisis finisecular”, pocas dudas caben acerca de que uno de sus atributos es el constituido por el ritmo de crecimiento de la producción industrial acompañado por el del empleo del sector.
Es discutible, en cambio, la afirmación de que ese dinamismo ha sido el que lideró el acontecer económico del último decenio. En materia de empleo, por ejemplo, el incremento registrado por la Encuesta Permanente de Hogares entre 2003 y 2011 fue del 28% para la industria, cifra más que significativa especialmente si la comparamos con el desempeño de la ocupación sectorial en la última década del siglo XX. Pero lo interesante es comparar ese valor con el correspondiente al conjunto del empleo que fue del 32% en igual lapso. Así, en 2003 el empleo industrial era el 14% del total y a comienzos de 2011 el 13%.  LEER LA NOTA COMPLETA EN PERFIL


Variación (%) acumulada y anual de la ocupación en la industria y en la construcción


Variac. total
2003-11
2003-04
2004-05
2005-06
2006-07
2007-08
2008-09
2009-10
2010-11
industria
28%
15%
6%
5%
1%
0%
-3%
1%
1%
construcción
68%
26%
7%
11%
11%
-3%
6%
-3%
2%

NOTA: El cuadro no aparece en la versión electrónica del artículo periodístico


http://www.perfil.com/ediciones/2012/1/edicion_641/contenidos/noticia_0028.html

viernes, 6 de enero de 2012

Pensar autónomamente, un ejercicio saludable

Plataforma para la recuperación del pensamiento crítico

PLATAFORMA PARA LA RECUPERACIÓN DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

Escapar al efecto impositivo de un discurso hegemónico no es una tarea fácil. Pero es necesario y posible generar una voz colectiva que enuncie este problema y lo transforme en acto de demanda. Si algo nos define como intelectuales es pensar sobre el mundo y la sociedad en la que vivimos, poner en cuestión los problemas que nos plantea, promover el debate de ideas, intentar leer más allá de la letra manifiesta y visibilizar lo oculto, tratar de salir de la mera apariencia de los efectos para bucear en las causas que los determinan. En síntesis, sostener nuestra capacidad y conciencia crítica y manifestarla, romper el silencio, como paso imprescindible hacia un accionar colectivo y transformador.  ver texto completo